A Teresa aquella página obstinada se le resistia, demasiada vida, demasiados recuerdos. Las yemas de tres de sus dedos parecían haberse fijado al papel como si de algún extraño conjuro se tratase. Pasó tres largos años llena de limitaciones, sus dedos fundidos con su pasado. Finalmente decidió cortar por lo sano, al fin y al cabo se podía vivir con tres dedos menos.
Sutil y preciso. Gran cuento, Isa.
ResponderEliminarGracias Esteban. Encantada de tu paso por aquí.
ResponderEliminarUn abrazo
Extremista ésta protagonista ;pudo haber recortado el papelito sobrante,y el qu le quedaba pegado,aprovecharlo como herramienta.
ResponderEliminarMuy bueno. Y muy cierto. Hay algunas páginas que sólo se pueden pasar así,llevándose detrás algo de carne
ResponderEliminarSiempre que se pasa página alguna parte de uno se piede por el camino. Mientras no se pierda un elemento vital, se va tirando y pasando páginas.
ResponderEliminarUn saludo.
Pasar página a veces significa perder algo importante de la página anterior.
ResponderEliminarUn petó veina
Sacrificar la cordura en aras de la coherencia. Eso es lo que pide un buen relato. Más la ambigüedad de saber si lo sano es lo que queda, o bien lo que se ha cortado. Tus tres dedos dan para mucho.
ResponderEliminarAi Pedro, ésa es la cuestión, ¿qué es lo sano?
ResponderEliminarJa ,ja, si que dan para mucho sí, pero los de Teresa pegaditos a la misma página, siempre en el mismo momento de la historia, el mismo capítulo, uf
Siempre Josep, creo yo, se pierde algo importante. Pero a veces no hay más remedio que pasarla.
ResponderEliminar¿Se podría arrancar la página y seguir leyendo el libro de nuestra vida con las huellas del "papel" adheridas a la piel? Se pierden sensibilidad y tacto, pero tal vez se pueda.
ResponderEliminarIntenso y gran microrrelato, Isabel.
Hoy he podido decirte en persona lo mucho que me gusta como escribes.Y leyéndote de nuevo me reafirmo:me encantas.Montse y yo hemos estrenado hoy nuestro propio blog y me hace mucha ilusión.La verdad es que tú nos has animado a hacerlo(bueno,tú y la princesita de ojos azules,ya sabes a quien me refiero).Gracias.Referente a "Pasar página" está claro:demasiada vida implica tener demasiados recuerdos,ese es el riesgo.¿Pero eso es bueno o malo?Si lo planteamos al revés,a pocos recuerdos,escasa vida,¿no?.Yo,al igual que Teresa, elijo vivir al máximo,aunque para ello tenga que ir dejando un rastro de dedos amputados por el camino.¡Besos! (Mamen)
ResponderEliminarHoy he podido decirte en persona lo mucho que me gusta como escribes.Y leyéndote de nuevo me reafirmo:me encantas.Montse y yo hemos estrenado hoy nuestro propio blog y me hace mucha ilusión.La verdad es que tú nos has animado a hacerlo(bueno,tú y la princesita de ojos azules,ya sabes a quien me refiero).Gracias a las dos.Con respecto a "Pasar página" decirte que está claro,demasiada vida implica tener demasiados recuerdos,ese es el riesgo.¿Eso es bueno o malo?Si lo planteásemos al revés,a pocos recuerdos,escasa vida,¿no?Yo,al igual que Teresa (tu "alter ego",quizás??)elijo vivir al máximo,aunque para ello tenga que ir dejando un rastro de dedos amputados por el camino. ¡Besos! (Mamen)
ResponderEliminarGracias Mamen, tienes una vida interior muy rica, ¡Muéstrale al mundo todo éso! y de paso te lo muestras a tí misma. Escribes bien Mamen, sigue haciéndolo. Me gustó mucho tu reflexión, estoy de acuerdo contigo totalmente, merece la pena la mutilación, ja ,ja.
ResponderEliminarBesos Mamen, a ver si un día quedamos las tres y charlamos.
Miguel, no sé, cómo empezar un nuevo capítulo con una merma de sensibilidad y tacto? En fin hay tantas opciones y actitudes ante la vida como personas, y todo es posible.
ResponderEliminarUn beso