11 de marzo de 2010

A vista de pájaro

Nunca me gustaron los laberintos, esos setos inacabables y malintencionados que no te dirigen a ninguna parte. Siempre imaginé que alguien se divertía "a vista de pájaro" sádica y ociosamente observando a los diminutos seres inquietos y perdidos que los contenían . Cada vez que entraba en alguno de ellos me asaltaba esa visión aérea y objetiva y el miedo a no encontrar la salida. Hoy no fui capaz de negarme a mi solícita amiga para que la acompañase a comprar unas cortinas. Había flechas en el suelo que indicaban la salida, pero al rato de seguirlas sin resultado, nerviosa comprendí que se trataba de otra de las sádicas bromas de mi observador omnisciente para mantenernos más tiempo dando vueltas. Finalmente, exhaustas, hambrientas, mareadas -y añado, humillada, por mi cuenta - encontramos la salida de Ikea.

2 comentarios:

  1. Fiel retrato mío la semana pasada. Aún no sé cómo conseguí escapar para que lo contaras.

    Un abrazo.

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  2. Ikea me puede y mira que me gustan los cachibaches, la decoración y los precios...uff, pero no puedo. Hace años que no voy.

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