30 de septiembre de 2011
Réquiem in pace.
Suena la alarma en las dependencias de la comisaría, inconfundible. Es una alarma distinta, tensa. En pantalla, el radar informa de la violación de otra orden de alejamiento. Extraña ubicación. Inmediatamente se pone en marcha el protocolo de actuación y varios dispositivos se dirigen al lugar de los hechos al tiempo que es alertado el coche que patrulla la zona. Parpadeos de azules en la noche, sin sirenas. Entretanto la radio de a bordo sigue trasmitiendo datos de la mujer, "María Fuentes, asesinada... presuntamente a manos de su ...busca y captura..."La conexión se va perdiendo a medida que se adentran en el lugar. Pálidos, los agentes rastrean el pitido de la pulsera, agudo, penetrante, que tal como temían, sale del interior de uno de los nichos. Jamás las entierran con ella. Momentos después, unos metros más allá, un hombre es detenido acusado de asesinato e intento de profanación. Una media sonrisa ilumina por unos instantes su rostro de muerta satisfecha.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Durillo durillo para acabar la semana, Isabel.Mantiene la intriga y creas un buen y asfixiante ambiente.
ResponderEliminarUn saludo.
La enterraron con la pulsera.
ResponderEliminarSaludos Isabel
Vaya,eso es violencia de género llevada al último extremo. Ni en la tumba la deja tranquila. Muy duro, pero un micro excelente.
ResponderEliminarTe felicito.
Un abrazo.
La triste actualidad del maltrato conecta de forma macabra con Edgar Allan Poe: Odio más allá de la muerte. Escalofriante, Isabel.
ResponderEliminarSaludos.
Este relato querida amiga, ya me ha superado.
ResponderEliminarPuff!!!! ¡Que terrible!
Un abrazo
Sufrimiento post-morten
ResponderEliminar¿Ni siquiera la muerte constituye una barrera para los agresores? Tremendo relato, isabel, de los que impresionan y hacen pensar. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias a todos por sus comentarios, Isabel, Woody,Miguel, Cele, José Antonio, Torcuato, Victor,
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Ahora sí! Con el cambio realizado lo has bordao. Ahora sí, inmejorable conducción, innegable sabiduría. Ole tu arte mi niña.
ResponderEliminarArturo
Gracias Arturo, me alegro de tu visita y comentarios. Sí, efectivamente faltaba algo.
ResponderEliminarY lo mejor de todo es que encima es real. Hay gente "pa tó".
ResponderEliminarSaludos
realmente increible hermanita. cada dia me dejas mas alucinada, y ami tambien tita
ResponderEliminarMuy bien llevado. Y, como dice Víctor, final tan asfixiante como un nicho.
ResponderEliminarSaludos
Gracias Miguel por tus comentarios y tu visita.
ResponderEliminar¡Hermanuchiiii, ¿te gusta? Me alegro. Gracias Leia.
Gracias Martín, viniendo de ti es todo un lujo.
Muy interesante. En la primera oración me ha descolocado un poco la lectura, no sería "de LA comisaría". Por lo demás, impecable.
ResponderEliminarSaludos.
Hacía mucho que no leía un microrrelato tan bueno. Conciso, pulcro, y magníficamente rematado.
ResponderEliminarEnhorabuena. Te sigo leyendo.
Un saludo.
Buf, me has destemplado, duro, cierto, escrito con acierto.
ResponderEliminarUn beso
Taliesin
Duro, tanto como la dura realidad que viven muchas mujeres.La desesperanza que transmites desasosiega.Muy bueno.
ResponderEliminarA.