Después de colocar el árbol adecuadamente, es decir, con ese aspecto distraído que tienen los objetos que premeditan un desorden aparente y ordenado, como si siempre hubiese estado allí, vuelvo corriendo hacia mi cámara antes de que deje de ser una silueta. El sol no espera.
2 de septiembre de 2011ENCUADRE
ResponderEliminar"Después de colocar el árbol adecuadamente"...has logrado una toma magnífica,María Isabel.
Así es la vida, hay que aprovechar los instantes que nos emocionan.
Abrazos miles!
Me encantan la originalidad y el trasfondo de tus relatos.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Muy bien esa casi imperceptible manipulación de la escena con el árbol aparentemente fijo.
ResponderEliminarMe gustó.
Un abrazo.
Corre, corre. Que se nos escapa la foto. Y promete.
ResponderEliminarUn saludo indio
Pudiste pedirle al sol que esperara a que colocaras el árbol en su sitio. Seguro que te hubiera obsequiado con esos minutos que te hubieran gustado. De todas formas, la foto es preciosa
ResponderEliminaryo creo que el sol a tí si que te espera.
ResponderEliminarQuedó ese último resplandor muy bonito a mi parecer.
saludos blogueros