Acudieron a la sesión puntualmente, la que aceptaron a cambio de disminuir condena. A través de aquel cristal pude asistir al momento en el que el psiquiatra tuvo que detener la hipnosis, el corazón empezaba a fallarles entre terribles convulsiones y gritos de dolor.
Ahora ya saben lo que es perder a un hijo.
Hola, pues si que seria una buena forma de poner al delicuente al otro lado. Una y mil veces. Un cordial saludo
ResponderEliminargracias por pasarte por mi página Cele . Me satisface que te gusten mis escritos,
ResponderEliminarUn saludo