29 de abril de 2010

No hay palabras

Collioure, 2010



Seguimos sin hablarnos y nunca habíamos sostenido silencios más de un día. Nuestros desencuentros sólían acabar bajo las sábanas, donde nuestros cuerpos eran incapaces, en la acercanza,  de albergar ningún tipo de rencor. Pero anoche fue distinto, se hizo la dormida, no nos tocamos.
Han pasado dos días y dos noches, tres horas, dos minutos y un segundo... y seguimos sin hablarnos.

25 de abril de 2010

LA ALJOFIFA (homenaje)

Detalle de la caja roja. Isanel González. 2010



¡Niña!¿Donde tienes la aljofifa?, voy a darle  un “fregaíllo” a la cocina mientras tú “t´apañas”.
Josefina no puede conseguir que su madre  pase por casa sin limpiar algo, doblar alguna prenda o planchar todo lo que encuentra a su paso, que dicho sea de paso, suele ser bastante.  Para Doña Josefa, viuda y madre desde muy joven, las faenas de la casa eran coser y cantar, era lo que había hecho siempre, con sus padres, con su marido, con sus hijos. Su Pepi, sin embargo, era un desastre, nunca conseguía “esliarse” con la faena de la casa. Terminó en un santiamén y aún tuvo tiempo, como siempre, de sacarle brillo emocionada al flamante título de su hija  que tantos sacrificios les había costado, estudiando para merecerlo, fregando para costearlo. Lo que tardó en convencerla de que había que enmarcarlo rococó y dorado, como tenía que ser, que para fregar ya estaba ella y fregar, … friega cualquiera.

21 de abril de 2010

Entenderte

















Tuve que dejarlo, no podía más. Deje la nota imantada a la nevera, agarré malhumorada la cesta y me marché. Ésta vez compraría un hombre con las instrucciones en español.

El regalo.

Te tracé,  valiente, sin boceto previo. Te cubrí, generosa, de luces y de sombras, de tramas de ilusión y de colores. Recogí, minuciosa, tus matices, tus gestos, tu mirada... hasta conseguir un parecido sorprendente. El día en que, ilusionada, te lo regalé y  me preguntaste, extrañado, celoso,  quién es ése hombre, comprendí que debí empezar por tus esquemas.

Islandia, 09:11 AM

¿Y que culpa tendré yo de que esos pájaros sin plumas hayan invadido mi espacio aéreo? (El volcán)

Evolución

Cuando regresó a la Tierra, cansado ya de crear vida  por esos mundos de Dios, se quedó de piedra :  en su milenaria ausencia, una especie envilecida y arrogante había osado un segundo, un tercero y  hasta un cuarto mundo.

20 de abril de 2010

Naufragio

El temporal no amaina.Un día más achicando lágrimas.
¡Qué ironía! Tanto tiempo, tantas dudas, tanta indecisión, y cuando por fin decidió embarcarse, lo hizo en martes.

Que llueva, que llueva...


La de los días de lluvia era diferente, mimetizaba con la suya, no era una tristeza solitaria. La de los días de sol era mucho más dolorosa, desgarradora su ausencia, hiriente su distancia, absolutamente muerta su mirada. Salió a la calle, sin paraguas, nadie podría distinguir entre la lluvia y las lágrimas.



"J'écoute en soupirant la pluie qui ruisselle
Frappant doucement sur mes carreaux
Comme des milliers de larmes qui me rappellent
Que je suis seule en l'attendant. (,,,)"

18 de abril de 2010

SU MIRADA

La de los días de lluvia era especial, nunca supo por qué. Apenas se cerraban las primeras nubes en el cielo y caían las primeras gotas, sus pupilas se movían agitadamente, yo sabía que tenía que acercarlo a la ventana y entonces sus ojos empequeñecían y una media sonrisa dibujaba cientos de arrugas en su rostro, su único gesto humano, el que volvía con las lluvias.

Que llueva

Que llueva
La de los días de lluvia era diferente, mimetizaba con la suya, no era una tristeza solitaria. La de los días de sol era mucho más dolorosa, desgarradora su ausencia, hiriente su distancia, absolutamente muerta su mirada. Salió a la calle, sin paraguas, nadie podría distinguir entre la lluvia y las lágrimas.

17 de abril de 2010

vivir sin etiquetas

Una pintura de Begoña Moral Costa

La población de personas sin ojos en la cara aumentaba con el paso de los años. Los de la nuca les desorientaban, mareos y vértigos constantes, como viajar permanentemente en el sentido contrario de la marcha. No siempre había sido así, al principio el desplazamiento de su primer ojo fue casi imperceptible, poco a poco, año tras año, se les desubicaba uno. Casi no les importaba, tuertos en todas direcciones, pero con una visión completa de sus vidas, su pasado, su presente, su futuro, hasta que ocurría. Entonces todo cambiaba radicalmente, como zombies se movían con lentitud, palpando, a tientas, rectificando contínuamente sus caminos, equivocándose.
Producían poco  y su historias se llenaban de accidentes de trabajo, de bajas laborales, de depresiones, de despidos improcedentes, de incapacidades totales y parciales. La mayoría acababa viviendo en la calle, de banco en banco, de la limosna de los más jóvenes que aún no tenían un pasado al que mirar. Su final era quedarse inmóviles en algún parque, confundiéndose con esas estatuas humanas a las que las  gente  tira monedas para verles cambiar de posición. Al principio lo hacían, sólo por sentirse útiles y no defraudar, hasta que la fuerza les abandonaba y caían desplomados de inanición y pena con su rostro ciego  estampado entre las monedas de céntimos de euro. Entonces algun alma caritativa cerraba ceremoniosamente sus inútiles ojos traseros para siempre.

16 de abril de 2010

N.A.S.A. , mentiras y cintas de vídeo





(Obama con Buzz Aldrin, del Apollo 11, al partir hacia Cabo Cañaveral.- AFP.)


Cancelado proyecto Constelación. (... ) en la luna “ya estuvimos”. Sentado en el porche de su casa, mientras encendía el primer cigarrillo del día, Armstrong  recordó con tristeza el comunicado de prensa. Sabía que acabaría pasando desde que Obama se hizo con la presidencia. Con Bush había sido más fácil, había seguido alimentando su sueño de alunizar, esta vez de verdad. Su silencio, generosamente comprado no había conseguido redimir su culpa que se hacía insoportable cuando sus nietos le bombardeaban con sus preguntas estelares. Jodida crisis.

 

14 de abril de 2010

Blog del día Stultifer

Estábamos dando un paseo y descubrimos tu blog. Después de un minucioso estudio, STULTIFER te otorga el prestigioso galardón al MEJOR BLOG DEL DÍA correspondiente al jueves 15 de abril de 2010 en No sin mi cámara por los contenidos y matices. Visítanos y comenta con nosotros. Saludos cordiales.

Vamos, que nos ha gustado mucho y hemos querido acercarnos a ti.
Puedes colgar el Premio voluntariamente en tu blog.

Ya formas parte de la Orden del Stultifer de Oro.
 

Autoestima

Imagen creada por DamasArt

1. Se sintíó lo suficientamente pequeña como para salir del lío en el que se había metido.

2. Guardé mi secreto bajo llave en la cajita que tú me regalaste. No tardó en salir a la luz, tenía las piernas muy cortas y el cuerpo muy maleable.

Vestir santos

Vistió uno, vistió dos, vistió tres, pero el cuarto era tan  diferente que decidió desnudarlo.

13 de abril de 2010

TWITS

Murió dulce y cálida entre mis torpes manos aún ensangrentadas.

La maté porque me amaba y yo no lo merecía.

Intentó escapar del zulo en un descuido de su enamorado. No lo consiguió.

Acudiría a su madre, como siempre. Ella siempre sabía qué hacer en estos casos, incluso morir para salvarlo.

Recién había cumplido los setenta años y murió ayer ...sin recordarlos.

El homicida quedó reflejado en su mirada de muerta enamorada.

Llegó a mi vida con lo puesto, hoy se va de ella con mis sueños.

Mamá me espera a las dos para que la acompañe al médico, la hija que le gustaría que fuese no llegará nunca.

SIN PLEBEYOS

Ella no necesitaba reyes de su casa, ni corona,  ni vasallos entregados, ni infantas caprichosas, ni príncipes azules, ni palacios.  Le bastaba con sentirle a su lado, diferentes pero iguales, sin derechos de pernada, libres de marchar o de quedarse. 
Con él su alma andaba siempre en zapatillas, medio desnuda, con la caricia a flor de piel y el beso puesto. Nunca entendió el amor de otra manera,  ni siquiera en los tiempos de la lucha, cuando  la soledad que le impuso su partida,  ganaba alguna batalla. Hoy su alma sigue paseando libre y desnuda por la casa, en zapatillas,  victoriosa y viva : guardados el beso y la caricia en aquella cajita, con sus cosas.

Silencios

Seguimos sin hablarnos y éso que nunca habíamos conseguido silencios de más de un día. Las últimas veces, como siempre, todo había acabado bajo las sábanas, nuestros cuerpos eran incapaces de sostener, en la proximidad, el rencor de los desencuentros diurnos. Pero anoche fue distinto, se hizo la dormida, no nos tocamos.
Han pasado dos días y dos noches y seguimos sin hablarnos. Ella duerme en el sofá. En su móvil cientos de mensajes de un tal Marc. Se me va.

9 de abril de 2010

Historias de dragones III


San Jorge y el dragón. Rafael. 1505  Museé du Louvre, París


















1. El dragón vomitó aquella sangre azul, espesa y fría. ¡Otra princesa repelente y dura!.

2. Devuélveme mi fama, princesa, por lo que más quieras, diles que es mentira que me venció tu belleza.

3. ¿Tenerte miedo, yo?, dijo la princesa al dragón mientras continuaba retirando la cera de sus piernas.

4.  Después de dar muerte al dragón, la princesa tuvo que inventar a Jorge para vender su leyenda. Eran otros tiempos.

5. - Aquí está el dragón, ¿y la princesa? -exigió el caballero al rey tras depositar el molino a sus pies.


8 de abril de 2010

Rosas para Magalí

Collioure, 2010
Magalí nunca entendió su sacrificio para salvar a aquel pueblo que siempre despreció su linaje. Entre su mirada suplicante y el cielo, las ramas de aquel cerezo en flor al que la ató su amado y abatido padre, florecían insinuantes y provocativas, como vírgenes dispuestas a entregarse al hombre que lascivamente aparecía en sus sueños al caer la noche. ¿Por qué la odiaban tanto? Ella no había elegido ser quién era y nunca hizo ostentación de sus orígenes, ni de su belleza que hasta ahora sólo la habían privado de su infancia y de su juventud. Cómo había envidiado desde su ventana, a hurtadillas, la libertad de esas muchachas corriendo por campos con los pechos al aire perseguidas entre risas y jadeos por sus amantes en celo. Y sin embargo allí estaba, en prenda, purgando no se qué pecados que jamás había cometido.

Otro bramido espeluznante interrumpió sus sueños y estremeció su cuerpo. ¿Por qué no acababa de una vez? ¿Por qué no mostraba su hórrido cuerpo y sus fauces asesinas ante ella? Llevaba horas sintiendo el calor de su aliento en la nuca que provocaba, con cada espiración, un huracán de rizos rojos que le cubrían momentáneamente el rostro. En ese momento, el dolor de su pechos y de sus brazos oprimidos por la soga, se hizo más agudo, dejándola sin respiración. Magalí se desvaneció de nuevo. Tras ella unos enormes y brillantes ojos embelesados, que ya nunca podrían dejar de mirarla, dejaron caer dos lágrimas antes de cerrarse para siempre, vencidos por el profundo dolor de jamás poder recibir el amor de la princesa , de no poder cuidarla y protegerla hasta la muerte. De sus lágrimas nació un rosal que crecía inusitadamente envolviéndoles de rojos, de aromas y de espinas.

Cuando apareció Jorge, esbelto en su montura, se acercó cautelosamente con su espada alzada, dispuesto a sorprender al monstruo yerto del que tanto había oido hablar y que creyó sumido en un profundo sueño. Hundió su espada en el corazón ya muerto del dragón y se dirigió presto y conmovido a auxiliar a la joven prisionera. Con gran esfuerzo, procedió a retirar las gruesas cuerdas que aprisionaban su frágil y dañado cuerpo. Cuando por fin consiguió desatarla y tras comprobar que aún respiraba, la cogió entre sus brazos delicadamente, la recostó sobre su pecho y retiró los cabellos que le cubrían el rostro. Cegado por su palidez y su belleza, atraído por el desmayo de sus labios apenas sin color, ausentes y entreabiertos, no pudo resistir el beso. Con sumo cuidado la depositó inerte sobre el suelo y conteniendo la excitación viril que se desató en su cuerpo fue limpiando los rasguños ensangrentados de su cara y de sus brazos. Luego retiró una a una, de sus senos, las espinas de aquel rosal que se le había resistido tanto. Cuando hubo terminado, confundido, dejó de tocarla y se apartó de ella bruscamente, temeroso del calor que desprendía su cuerpo y del suyo propio. Más tranquilo, mientras esperaba que sus ojos se abrieran de un momento a otro, la observó. Sus manos eran delicadas y finas como sus vestidos y el valioso brazalete en su muñeca con el sello real no admitía la menor duda. Era Magalí, la princesa.
Acto seguido y movido ahora por la avaricia del poder y de la fama que el destino había puesto en su camino sin más lucha que la de dominar su deseo por aquel cuerpo de mujer, preparó meticulosamente su versión de los hechos. En aquel viaje, camino del castillo, al trote, con su armadura, su lanza, su rosa, su princesa y su media sonrisa , se forjó la leyenda.

5 de abril de 2010

"El corazón a cien" publicado en en el número de abril de la revista digital EN SENTIDO FIGURADO"

En sentido figurado – Revista literaria

http://ensentidofigurado.com/esfcontenido.php?esfID=2

EL CORAZÓN A CIEN















Lucía llegó a la estación de Puigcerdà con el corazón a cien pero sin miedo. Cuando el tren paró, buscó su rostro en todas las puertas que se iban abriendo, se subiría con él y bajarían en la siguiente estación, La Tour de Querol, el lugar que ella había elegido para encontrarse a solas. Allí estaba, con su parca gris y la mano tendida. Subió y le besó en los labios, su gesto de sorpresa, su corazón a cien, muy asustado. La Tour acogió el descubrimiento mutuo de sus cuerpos, que se encendieron entre las nieves y el frío de aquel soleado y mágico día de invierno. Ese día, que cambió sus vidas para siempre, fue el principio de una pasión inagotable, casi adictiva. Encajaron sus besos desde el primer momento, se reconocieron sus pieles como si ya hubieran estado juntos, quizás en otra vida. Nada les era ajeno, nada nuevo. Al atardecer, él se marchó feliz y enamorado, el corazón a cien, sin miedo. Ella le dijo adiós desde el andén, el corazón a cien, muy asustada. ¿Y si no debía volver a verle? ¿Y por qué no?

Isabel González

Barcelona (España), 2010

©Derechos reservados

Imagen:  ©Pedro Herrero. Barcelona (España), 2010

1 de abril de 2010

En blanco



















Nos quedamos en blanco aquella tarde. No supimos qué hacer ni qué decir. Deambulábamos sin rumbo y sin sentido. Millones de personas en todas las grandes ciudades del mundo repetían la misma escena. Algo nos impedía volver a nuestras casas. Ningún recinto cerrado de la ciudad podía ser traspasado por nuestros cuerpos. Durante meses sobrevivimos en la calle. En las noches más frías, los cajeros se llenaban de durmientes desarrapados y sucios. Cualquier recoveco antes ignorado de la ciudad, servía para guarecerse del frío, del calor o de la lluvia y se convertían en territorios disputados y defendidos con la propia vida. Bajo los puentes de los ríos y de las autovías destelleaban luces de hogueras encendidas en torno a las cuales se reunían gentes de todas las edades. Permanecían en silencio sin saber que decir, paralizados aún por el shock de aquel extraño suceso que había puesto patas arriba sus vidas, el bienestar en el que, hasta entonces, habían crecido y que les dejaba ahora en la situación de empezar de cero.