Platja d´Ocata. 2009
Ando añorando mis versos en la tarde
en especial aquéllos que se sentían más libres.
Ando añorando tus besos esta tarde,
largas estrofas, romances infinitos.
Últimamente voy escribiendo en breve mi presente
intentando que no se caigan versos de la líneas
y que no rimen, por hábito, contigo.
Hoy narro lo justo para convencerme,
de que todo acabó, de que te has ido.
Ando contando historias en cortito,
donde pueda elegirme los finales.
Pienso que enajeno mejor con unas cuantas prosas.
Ingenuamente siento que en lo escaso,
se abonan mejor las tierras del olvido.
se abonan mejor las tierras del olvido.
Que es demasiado fértil el poema
en nostalgias y suspiros.
Que las estrofas se cierran casi siempre en falso.
Que las sílabas bailan siempre al son de tu cariño.
Que la letra de tu canción se me repite.
Que subjetivo tanto que te añoro.
Hoy te dedico este paréntesis rimado
porque anochece y el día anda nublado,
porque a punto está de llover triste y
probablemente,
por lo mucho que aún te amo.
tienes pliegues de amor sobre los labios.
ResponderEliminarTus sentimientos fluyen en forma de letras, afloras como un vaso que rebosa. Me entristece percibirlo como un estado de ánimo. No dejes nunca de fluir ni por triste ni por feliz. Seguro que mañana saldrá el sol en el meridiano de París.
ResponderEliminarEres un genio.
Petonets
Gracias Gonzalo, ¿y quién no?
ResponderEliminarSeguro, Josep, gracias si no es mañana, al otro. Tienes la sensibilidad necesaria para percibir e interpretar. Tú debes saber, que escribes, que es mejor que fluya todo. Sentía la necesidad de rimar esta noche lluviosa en Barcelona, sabiendo que para mí la rima es el canal de la melancolía, no tanto de la tristeza. Y nada que a veces hay que dejarse llevar, con el pudor de compartir sentimientos o estados, si sabes que además puede ser bello a los ojos de alguien, o pueda quizás poner mis palabras al servicio de los sentimientos de otras personas.
Y salió el sol Isabel...
ResponderEliminarMe alegra haber confundido la nostalgia con la tristeza.
Petonets
Un abrazo, Josep, ens llegim.
ResponderEliminarBello poema. Los estados melancólicos son húmedos y, por tanto, favorecidos por la lluvia. El alma se reblandece, como la tierra mojada, y nos da estos frutos agridulces. Si me lo permites, yo te regalo éste que escribí hace unos meses:
ResponderEliminarTambién llueve al sur de Brighton
El reloj de la vida no recupera el tiempo
de una tarde de lluvia.
La cortina de agua levemente rasgada por la monotonía
de un recuerdo infantil
que evocara Machado en una humilde escuela
segrega una mirada como un hilo de seda sobre el pasado efímero.
Era aquel temps de pluja que cantara Serrat,
su balada de otoño deshecha entre los surcos de la melancolía
con que hiere la aguja de zafiro su disco;
el brazo articulado que siembra en el vinilo recuerdos y caricias,
suaves roces de piel, dedos que se deslizan por blusas entreabiertas…
Y el crepitar monótono que dejó la canción tras las últimas notas
girando para siempre en la memoria joven y enamorada
de aquella lluvia fértil…
Dulce ebriedad del alma borrascosa y proustiana,
esta tarde de Brighton, al sur de mi ventana:
Lluvia tras los cristales, gin tonics y canciones.
Hay lluvias que calan hasta los huesos como algunos amores y se intalan la humedades para siempre y se vive con ellas como se puede.
ResponderEliminarEs una specie de artrosis amorosa que se resiente en los días nublados y mejora con el so y el calor del verano.
Un abrazo,
Isa
Gracias por tu regalo, Miguel. Me ha encantado la expresión de " al sur de mi ventana"
ResponderEliminar"Dulce ebriedad del alma borrascosa y proustiana,
esta tarde de Brighton, al sur de mi ventana:
Lluvia tras los cristales, gin tonics y canciones"