13 de febrero de 2010

Total, de algo hay que morir.

El alcalde elaboró el proyecto a toda prisa siguiéndo los esquemas de los que había leído y sin importarle la opinión de los pocos habitantes que quedaban en el pueblo.
Los jóvenes hace ya tiempo que les abandonaron, que dejaron morir sus tierras, sus sueños, sus cultivos. No iba a permitirles ahora que alzaran falsamente sus pancartas ecologistas. Que se hubieran quedado a dar a la tierra lo que a la tierra debían.
La vida volvería al pueblo aunque fuese una vida algo radioactiva. Un cementerio para vivir que el de morir ya lo tenían lleno.

4 comentarios:

  1. Vivir en un cementerio es terrible, pero yacer en el todavia más. Besos

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  2. Alcalde del cementerio, ese si que es progreso.

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  3. Me gustó mucho.

    Quizá le quitaría la frase de "Que se hubieran quedado a dar a la tierra lo que a la tierra debían..." para mí opinión no aporta y sin ella se entiende perfectamente.
    El final "Un cementerio para vivir que el de morir ya lo tenían lleno", simplemente genial.

    Un saludo indio

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  4. No comments, intentaba enfatizar el rencor del alcalde, pero releyendo, es certo que "abandonaron" es suficiente, pero por si acaso, cambiaré esa frase por "Que no se hubieran ido". Gracias.
    Parece ser así, Gonzalo, no sé si sabes de la pugna en España de varios ayuntamientos por acoger un cementerio de residuos nucleares, supongo que debe ser económcamente interesante para el pueblo.

    Cele, como siempre, eres la razón personificada. Un abrazo.

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