25 de marzo de 2010

Pañuelos blancos.

Llegó a casa, se quitó el pañuelo y recolocó, coqueta aún, sus canas Lo guardó en la caja junto a su reloj de vestir, el nuevo, el que le regalamos su padre y yo, orgullosos, cuando se graduó. Al lado de los peucos que le hice para recibir al mundo cuando yo lo traje. Junto a sus fotos. Hoy viene, una vez más, de`pasear en alto su rostro por la plaza, para que siga existiendo. A ella no le hacía falta para recordarlo, pero al mundo sí, y hoy, 24 de marzo,  había más cámaras.
Ilustración de Daniel Galantz

5 comentarios:

  1. Hi haurà mocadors blancs fins que es faci justicia o hagin mort tots aquells qui han matat. Abans mares de maig, ara filles de maig, demà nètes de maig.
    Un petó

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  2. Hola josep, em va semblar que havia de deixar unes paraules, com armes que disparan al futur amb les bales del passat, perque hi ha d´haver memòria històrica fins que com tu dius, es faci jústicia.

    Prou pena en deuen tenir de no poder enterrar als seus. Un pena.

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  3. Magnífico microrrelato. Así, así tirando con la certera bala de la palabra, que como sigamos así va a ser el único arma que nos quede en el futuro (salvo que nos dejen a todos mudos).

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