Algunos lloran disimuladamente, que llorar por ella no estaría bien visto. De los hombres y mujeres aquí presentes, quién más y quién menos, todos habíamos amado a Mercedes en la sombra, furtivos, en habitaciones de hotel, en los campos de las afueras del pueblo, en los autos y hasta en algún lavabo público. Nos habían encandilado su pasión, su ternura y ese halo de misterio que tienen las mentiras. En su urna, velada por todos y llorada únicamente por el marido, su cadáver conserva su belleza y su sonrisa. Cómo no iba a morirse en paz.
8 de octubre de 2010
MERCEDES
Algunos lloran disimuladamente, que llorar por ella no estaría bien visto. De los hombres y mujeres aquí presentes, quién más y quién menos, todos habíamos amado a Mercedes en la sombra, furtivos, en habitaciones de hotel, en los campos de las afueras del pueblo, en los autos y hasta en algún lavabo público. Nos habían encandilado su pasión, su ternura y ese halo de misterio que tienen las mentiras. En su urna, velada por todos y llorada únicamente por el marido, su cadáver conserva su belleza y su sonrisa. Cómo no iba a morirse en paz.
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¡Un bello epitafio!
ResponderEliminarTriste, pero hermoso.
ResponderEliminarun beso
Taliesin
Muy poético, hermoso, como dice Taliesin. Me encantó la frase "ese halo poético que tienen las mentiras".
ResponderEliminarUn beso.
Gracias Isabel, así lo veo yo.
ResponderEliminarMarta, no sé no tuve la sensación de treisteza con este micro. Como que me parece que hizo feliz a mucha gente la Merche. En cualquier caso estaba condicionada por la frase inicial bañada en las lágrimas de algunos. Un abrazo.
Elisa, ees un halo de misterio pero Me ncanta lo de poético, un beso.
Que elegante es hablar sobre la muerte.
ResponderEliminarMi más sentido pésame.
Un luptuoso abrazo.