No fue fácil. Tras casi seis meses de discusiones, fue finalmente aprobado por la Asamblea de los Ciento Treinta.
Debíamos desprendernos del sentido de la propiedad desde el principio, desde las entrañas. Sería la única manera de empezar de nuevo para los que quedamos, nuestra única ley después del estrepitoso fracaso del sistema y de la catástrofe que asoló nuestro planeta.
Hoy, si todo va bien, quince, contando la mía. Mi Marisa entró de parto hace ya tres horas: hoy nace mi Sofía, la estoy esperando. Ella será ella.
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