Que llueva
La de los días de lluvia era diferente, mimetizaba con la suya, no era una tristeza solitaria. La de los días de sol era mucho más dolorosa, desgarradora su ausencia, hiriente su distancia, absolutamente muerta su mirada. Salió a la calle, sin paraguas, nadie podría distinguir entre la lluvia y las lágrimas.
Que tristeza sentir asi!
ResponderEliminarUn saludo
Excelente, me encanto.
ResponderEliminarSaludos =)
Isabel, no sé por qué, pero me gusta encontrar conexiones poéticas entre tus textos y los míos, como complementarios. Creo que las últimas lluvias, tan abundantes los pasados meses, ya nos dicen adiós aquí en el sur.
ResponderEliminarhttp://riografia.blogspot.com/2009/11/tambien-llueve-al-sur-de-brighton.html