Fue una Semana Santa cuando visité una ciudad de cuyo nombre no puedo acordarme, hermosa, dulce, bohemia, a mil quilómetros de distancia de la mía, que tampoco sé como se llama.
Recuerdo como en sueños a una mujer que me miraba desde un cuadro, su media sonrisa con aires de traición y de misterio, cómplices de sus manos, descansando en su regazo.
La desdibujada imagen de una torre de metal apuntando al cielo, potente, fría, impresionante aparecía borrosa en mi memoria desordenada.
Sólo sé que fui para cruzar puentes, como Sabrina , y que los recorrí para olvidarte. "Siempre nos quedará ...." nada, imposible recordar su nombre.
Sí, recuerdo claramente la de veces que allí me miró el vacío desde tus ojos, la de belleza sublime que, sin tí, me partía el alma, la de puentes que crucé. Y nada, que no recuerdo su nombre.
(1)Las ciudades sin ti no las recuerdo
Son las flores cerradas del mundo
Las ciudades sin ti no tienen nombre
Las ciudades sin ti no las recuerdo
La noche solitaria que parece
Tan sólo una tiniebla vagabunda
La noche en que no estás tiembla mi noche
Si el vacío me mira con tus ojos
Vale más el vacío que la vida
Si me mira el vacío con tus ojos
La noche en soledad corrompe sueños
La noche en que no estás tiembla mi noche.
De «El equipaje abierto»
F. Benítez Reyes
Yo tampoco. Ni el cuadro, ni la torre, ni los puentes...¡Y fue en Semana Santa!: ¿De qué año?
ResponderEliminarme gusta mucho, enhorabuena y gracias
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