10 de octubre de 2010

LA FÁBULA DEL CALCETÍN



El alegato de la tortuga defensora no parecía convencer a aquel jurado popular y fauno. La lluvia había borrado todo indicio y era dificil probar la inocencia del asno. Su defendido le había repetido hasta la saciedad que alguien quería verle entre rejas, que le habían tendido una trampa, que no se explicaba lo del calcetín, que nadie puede ser tan burro como para meter dentro a la rana y hacer un nudo, poca broma.

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