Ella no necesitaba reyes de su casa, ni corona, ni vasallos entregados, ni infantas caprichosas, ni príncipes azules, ni palacios. Le bastaba con sentirle a su lado, diferentes pero iguales, sin derechos de pernada, libres de marchar o de quedarse.
Con él su alma andaba siempre en zapatillas, medio desnuda, con la caricia a flor de piel y el beso puesto. Nunca entendió el amor de otra manera, ni siquiera en los tiempos de la lucha, cuando la soledad que le impuso su partida, ganaba alguna batalla. Hoy su alma sigue paseando libre y desnuda por la casa, en zapatillas, victoriosa y viva : guardados el beso y la caricia en aquella cajita, con sus cosas.
Tierno. Triste.
ResponderEliminarBs
Muy bonito, como siempre. Un beso y gracias por compartir.
ResponderEliminarTal vez tenga estos dias la sensibilidad a flor de piel...igual, no se. Se que me he llorado al leerlo, por ella, por el, y solo alivio mi llanto,al percatrame de que es ficcion, eso si, tan bellamente esrita, que llego directa a mi corazon.
ResponderEliminarNo dejes nunca de escribir, amiga...maestra
Taliesin
supongo, que en la cajita, guardará también este microrrelato.
ResponderEliminarbesos
bien narrado.
ResponderEliminarFácil lectura.