30 de octubre de 2011

TE DESEAMOS TODOS



                           AUDIO, MP3 leido por "la voz silenciosa" en radio.
Fotografía de    http://nirrimiphotography.carbonmade.com/

_ Fran, más inclinado el cuello, así, así, muy bien, perfecto- en cuclillas, la cara oculta por la cámara- Marta, los labios entreabiertos, más hacia el borde, el culo, más al borde del asiento, sí, junta la rodillas, más, más Marta, va que ya acabamos, - se despega la cámara, la mira sonriente, con barba de dos días. 
Los pasajeros colaboran con el fotógrafo, cien euros en el bolsillo compensarán la bronca por el retraso, han entendido su papel. 

— Marta, la pierna, la izquierda, sin despegar las rodillas, estírala más, por favor deshacedle un poco más los cordones, más sueltos, quieta, así, así princesa, maravillosa , perfecta, Fran atento, ya estamos. Perfecto. Ya.
— ¿Ya?, ¡Dioooosss, me duele todo! Tres horas, cariño, ya sabes que no suelo quejarme, pero es una postura insufrible, estoy helada.- Marta se encoge, le ponen una bata sobre los hombros. Sin gafas, sus ojos dejan ver el cansancio de la sesión de hoy, se siente satisfecha. – Gracias, amigo, seguro que son maravillosas.


Tres días después Marta acudía al estudio del genio para ver las pruebas. Muy buenas. Era difícil seleccionar una. Como siempre, su prestigio haría que diesen la vuelta al mundo.  La imagen era lo suficientemente explícita: trabajo, trabajo y más trabajo, estaba harta de sus excusas, cuando la recibiese se arrepentiría de haberla dejado plantada el día de su cumpleaños.

( Ejercicio literario para La Esfera Cultural)

24 de octubre de 2011

2010



Este año no fui. Yo, que secretamente había asumido cada año el alma y el ritmo de la fiesta. Hubo brillos, comidas en exceso, sonrisas enlatadas, 240 uvas y 80 besos.
Nadie sabía por qué aquel fin de año no había sido, como siempre, memorable, divertido, entrañable y tierno. Por qué no sonaron las canciones de sus vidas que acercaban un rato sus recuerdos y sus cuerpos. Por qué no bastaron el alcohol, la compañia ni fueron suficientes las lentejuelas, el confetti ni las serpentinas.
Yo lo sé- pensé desde la estantería, quieta en esa foto en que me tienen.

23 de octubre de 2011

VENGA,VA, PREGÚNTALES


-  Disculpen, ¿amantes secretos?
- ¿amantes secretos? (...) allí arriba:  suba recto en dirección al Cielo, la tercera nube a la izquierda, justo en la encrucijada de la calle de la Pasión con la Avenida de las Mentiras.

22 de octubre de 2011

LA COSA NOSTRA




No era un fantasma quien surgió entre la niebla aunque debí parecérselo. Lo deduje porque, excepcionalmente, me miró con respeto. Me sentía débil, llevaba varias noches sin pegar ojo, barba de tres días y la misma ropa de hace cuatro, cuando me abandonó. Claro que se sorprendió: ni por asomo pensó que daría con ella tan pronto. 
Cayó varias veces en su huida- un Vía Crucis merecido, pensé, y en la última ya me tenía encima. 
- Tonta, que te quiero- le dije al oído mientras ella sujetaba con las dos manos el caño de sangre que le brotó del cuello al paso de la hoja de mi cútter.
- Pero a mí, ...  a mí no me deja nadie, princesa.

21 de octubre de 2011

Justicia



Acudieron a la sesión puntualmente, la que aceptaron a cambio de reducir sus condenas. A través de aquel cristal pude asistir al momento en el que el psiquiatra tuvo que detener la hipnosis, el corazón empezaba a fallarles entre terribles convulsiones y gritos de dolor. Ahora ya saben lo que es perder a un hijo.


62 palabras

19 de octubre de 2011

BARCELONA: PILOT AUTOMÀTIC



Camino amb el carrer València en contra, vorera dreta, la meva dreta, despistada. Tinc tantes coses al cap! Quan estic així, desorientada, trio l´Eixample per passejar,  poso el pilot automàtic i quadriculadament, d´illa en ílla, de semàfor en semàfor, puc continuar a les meves coses sense perdre´m. Per inèrcia agafo sempre la cámara, per si de cas en algun moment em dona per deixar de mirar i començar a veure. És el cas. Miro, veig, contemplo, admiro, enquadro, enfoco, disparo.

Camino con la calle València en contra, acera derecha,... mi derecha, despistada. ¡Tengo tantas cosas en al cabeza! Cuando estoy así, desorientada, eligo el Eixample para pasear, pongo el piloto automático i cuadriculadamente, de manzana en manzana, de semáforo en semáforo, puedo continuar en mis cosas sin perderme. Por inercia llevo siempre mi cámara, por si acaso en algun momento me da por dejar de mirar y empezar a ver. Es el caso. Miro, veo, contemplo, admiro, encuadro, enfoco, disparo.
Ara sí estoy en la calle Valencia.

18 de octubre de 2011

SIETE

Andaba el mundo preguntándose dónde estaba Dios ante los terribles acontecimientos que desolaban el planeta cuando,  de repente,  dos enormes moles rebotaron sobre la Tierra provocando enormes cráteres, grandes tsunamis, incalculables destrozos materiales y millones de víctimas inocentes. La fuerza divina con la que habían sido lanzados los hacían imparables pero, tras botar varias veces, fueron perdiendo velocidad y  finalmente se detuvieron: 
- ¡Siete!, tronó su voz indefinida, y emocionado, recogió los dados.  

2 de octubre de 2011

EN LOS EXTREMOS



      Al despertar aquella mañana  supe que mis días de vínculo con la realidad habían llegado a su fin: demasiados años intentando comprenderla. Inicio hoy mi andadura por esos otros mundos que me asaltan hace tiempo y que hoy me vencen,  arrastrándome con ellos a las profundidades del cielo, a las cimas del infierno. Que si esto era la vida, cuán engañado estuve viviendo en la de los otros.  

Con Sancho todo es más fácil, siempre toca de pies a tierra con sus toscos zapatones de cáñamo que se empapan cuando llueve, arden en verano escociéndoles las plantas y  mueren cada dos por tres como todas las cosas. Con él siento,  no obstante, el dolor de mis pies entumecidos por las cadenas que, por unas sinrazones o por otras,  llevo arrastrando toda mi vida. Que España nunca me dio mi sitio ni me procuró el sustento que merezco, tantos años de servicio estéril. Tanta ficción. La comodidad de Sancho, el personaje que nada espera y por eso recibe tanto.  

El caballero, sin embargo, sólo aparece en los momentos más álgidos de inspiración, cientos de musas tirando de los hilos, rozando los límites de mi propia locura, en el más absoluto aislamiento, ido. Los ojos puestos en el cielo, los huesos rotos. Por más ridículo que parezca ¿qué he sido yo sino él toda mi vida? Metido siempre en guerras y trifulcas, amando falsas Dulcineas: con mi fe no moví montaña alguna. A la postre, pésimas novelas de caballerías, batallas perdidas. 

En posesión del hidalgo no siento los grilletes, pero sólo es cuestión de tiempo que aparezca Sancho. En los extremos. Pero ya no les temo sus vidas: sólo me asusta la mía.