Tiré, sin que se diera cuenta, del hilo que asomaba de la parte de abajo de su falda, la faldita de lana que yo le regalé. Salí corriendo, riéndome de mi ocurrencia que, inocente, pretendía acabar con mis manos en sus piernas. Oía tras de mí sus gritos que entonces creí, de pudor y de sorpresa. Me detuve y volví corriendo dispuesto a comerme a besos su vergüenza. No estaba, pensé que se habría ido enfadada. Miré hacia todos lados. Esperé. Llamé a su móvil que sonó muy cerca. Horrorizado, descubrí junto a él sus pendientes, su reloj, su bolso, su camisa, , sus zapatos, sus braguitas y sus medias. Faltaban su falda y ella.
Aún guardo la madeja del hilo de su falda que en vano he intentado tejer miles de veces por ver si me asiste de nuevo ese poder que la deshizo y ella, auque sea por llevarme la contraria, aparece.
¡¡Perfecto!!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, te felicito.
Me ha gustado ese tono de misterio de no saber qué pasó con la chica y ese final trágico-poético.
Muy bueno, de verdad.
Un abrazo.
Impresionada estoy con este relato! No sé cómo era la versión sin revisar, pero esta, desde luego, es maravillosa. Me ha encantado. Absolutamente.
ResponderEliminarMe ha encantado.La idea es preciosa y la has desarrollado con mucho ingenio, sin necesidad de adornos y redonda. Enhorabuena, guapa!!
ResponderEliminarMe ha encantado. La idea es muy ingeniosa, la has desarrollado sin adornos y te ha quedado redonda. Enhorabuena, guapa!!
ResponderEliminarMagistral Isa, concisa, original y con un toque de ternura añadido.
ResponderEliminarPetonets
La tercera. Y no en discordia, sino en perfecta concordia con los anterioes comentaristas.
ResponderEliminarSoy nueva por aquí y no puedo evitar decirte que me ha gustado mucho.
ResponderEliminarSaludos
Sencillamente: muy bueno, con todos los ingredientes en su sitio. El contra-hilo de Ariadna.
ResponderEliminarel primero ya me pareció una idea original y bién desarrollada, en la revisión se nota el paso del tiempo y la practica escrita. Felicidades. Milagros
ResponderEliminarSi tirar del hilo puede llevarnos a desentrañar un misterio, en este caso nos enreda en él, cuerpo y alma destejidos. Yo propondría a Ariadna que se asociara con Penélope, a ver el resultado.
ResponderEliminarBello relato, Isabel.
Besos
Fantástico micro Isabel, tienes una manera de narrarlo que atrapa al lector. Un abrazo.
ResponderEliminarAy Lucia...!!!
ResponderEliminarIsa, cada vez que lo leo lo disfruto mas...!!!
Un abrazo enorme! ML
Isabel, relato fascinante. Sugiere muchas cosas. Precisamente a lo que debe tender todo microrelato. Un saludo
ResponderEliminarMil veces que lo cuelgues, que lo revises, que lo acompañes de fotograma, fotogafía, dibujo, comic o acuarela, mil veces que quedaré prendada de la historia. Un abrazo, Isabel.
ResponderEliminarno te amaba!!! eso era xa q nunca le pudieras quitar la falda.. era una prueba.. tener el objeto de deseo tan cerca y no poder probarlo... joder!!!
ResponderEliminarEstupendo micro, Isabel.
ResponderEliminarSugiere tanto... Y es que no se puede tirar demasiado del hilo del alma, que se desmadeja y agota, se disuelve como una vulgar aspirina efervescente y, diluida, no se la reconoce.
Lo que no quieras oír, no lo preguntes, y sé prudente en las pistas que tienden los otros.
Podría seguir hasta el infinito en evocaciones al compás de tu micro, pero serían tantas como perspectivas adoptara.
Un abrazo y enhorabuena.
La idea es buenísima, digna de premio. Quizá lo acortaría un poquitín, pero tampoco me hagas mucho caso.
ResponderEliminarUn saludo indio
Virgen santisima Isabel¡¡¡¡, tu no escribes, tu haces magia
ResponderEliminarUn beso
Taliesin