Pobre letra, viviendo aún de sus recuerdos, de aquella época gloriosa en la que fue efe independiente, y sonora. Aún no sabe cómo se dejó llevar y consintió dejarse aspirar hasta perderse. Ahora se sentía importante sólo en ocasiones, cuándo la ce se decidía a visitarla. Ni siquiera la amaba, la necesitaba, era muy distinto. Nadie puede amar realmente a nadie sin sentirse independiente y libre.
Sensibilidad en las propias palabras.
ResponderEliminarVaya sorpresa encontarme con esto aquí, Isabel. Te repito lo mismo que en mi blog: menudo microrrelato de fonética histórica. No tiene precio.
ResponderEliminarUn abrazo y muchas gracias por tu comentario. Con tu permiso, me doy una vuelta por aquí, a ver qué encuentro. Si tus textos valen la mitad que tus comentarios, me quedaré un rato y volveré.
Mis permisos todos encatada de verte por mi trocito de disfrute casi diario y de compartirlo contigo, a quién admiro.
ResponderEliminarUn saludo,
Isabel
Que bonita mini historia nos has traido. Mis mas sinceras felicitaciones y un abrazo
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