2 de mayo de 2010

LHC: Buscando la partícula de Dios.


Suiza, 30 de marzo de 2010.  13:00

Paul tiene 42 años y nunca consiguió el afecto verdadero de un ser humano. Lleva años enfundado en su bata blanca esperando   el resultado del experimento que probará la hipótesis de Higgs, Peter Higgs, su maestro,  para el que trabaja desde que se licenció brillantemente en física cuántica. Ni siquiera le conoce, forma parte de los diez mil cerebros privilegiados dedicados a averiguar de dónde venimos y totalmente despreocupados de a dónde vamos.
El primer haz de protones es lanzado vertiginosamente a la velocidad de la luz a lo largo de los veintisiete kilómetros dispuestos, la emoción le embarga. Cuando colisiona con el segundo,  inyectado en sentido inverso, un fuerte dolor en el estómago le hace encogerse. Es ese manojo de nervios previos al éxito o al fracaso, heredados generación tras generación de estudios e investigaciones. Son los veinte años de trabajo constante, día y noche, sus dos divorcios, sus dos úlceras de duodeno, su obsesión. 
Y ocurre, la explosión produce el micro-big bang esperado,  generando nuevas partículas de materia. Su rostro se ilumina ante el gran abanico de posibilidades que se acaba de desplegar para la investigación del orígen del universo y de la vida, una vida que él no conoce. Un arduo trabajo que, sin embargo será mucho más liviano que ocuparse de vivir su presente, que entender el mundo en el que vive y muchísimo más fácil que intentar mejorarlo. Pero ahora es el momento de las celebraciones.

7 comentarios:

  1. Si ha veces nos dejamos la vida en trabajos que no nos llenas, que lo hacemos como mercenarios, a cambio de un puñado de monedas, ¿porqué no dejársela en algo que nos fascina y aporta a la humanidad?
    He de reconocer que al principio me he perdido entre protones y ationes rebeldes.
    Un petonet. Feliç dia de la mare.

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  2. bastará la explosión para regresar al olvido?

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  3. El Universo, el origen de la vida,de dónde venimos y hacia dóde vamos...Misterios insondables que nos desafían, nos angustian y nos estimulan al estudio y a la indagación. Pero, al mismo tiempo, más inquietante aún, más misterioso es nuestro universo interior, tan infinito e inexplorado como el primero: ¿Quiénes somos? ¿Quién es el desconocido que nos habita, nos alegra o nos atormenta?...
    Kierkegard, Sartre, Camus...¡Isabel González!

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  4. La destrucción de su vida, antesala de la destrucción del mundo.

    Un saludo Isabel

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  5. Me pregunto si esa microexplosión nos cambiará la vida. Muy chulo el micro, como una microexplosión literaria de letras.

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  6. Algo así como la alienación del currante, ¿no, Isabel? Bien expuesta la contradicción.

    Un saludo.

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