Crisis espiritual
Parado, con los impagados saliéndole por las orejas, la hipoteca entre los dientes y el agua al cuello, lo dio todo por perdido. Una extraña y agradable sensación de libertad le invadió por un instante … hasta que apareció el hambre.
Que era muy física, supongo. Es lo malo de las crisis espirituales.
ResponderEliminarMe gusta Isabel. Tiene un aire agridulce.
ResponderEliminarUn beso.
al contrario: la pobreza engorda.
ResponderEliminarQuerida Isabel, he visto a una Isabel González que tiene dos microrrelatos en la antología de Por favor, sea breve. Quiero dejarte el enlace para que me digas por ti misma si son los tuyos. Si lo son, felicitaciones, ese sí que es un premio importante: http://paginasdeespuma.blogspot.com/2010/01/premio-de-microrrelatos-por-favor-sea.html
ResponderEliminarSeguro que hay toneladas de cosas de las que podemos prescindir, pero es difícil quitarse esa manía de comer a diario.
ResponderEliminarUn beso, Isabel
Eso si que es crisis, y de la buena, bueno de la peor...
ResponderEliminarBesitos