El caso despertó una gran expectación. Fue un juicio rápido, lleno de flashes y conexiones en directo. Todos querían la mejor instantánea del acusado. Pablo Marín Cuesta rehusó cualquier tipo de defensa . Se declaró culpable de haberla amado mal y tanto. Aseguró que el móvil del crímen fue la compasión porque no soportaba más su sufrimiento y cuando le preguntaron por el arma, el acusado dirigió la mirada hacia su pecho y después, con los ojos llenos de lágrimas, miró a cámara. Fue un minuto largo de silencio que espontáneamente todos respetaron y siguieron...moriré si me la arranco.
Diciembre de 2009
Ilustración de :
http://www.jjfez.com/espanol1/index.html
Diciembre de 2009
Ilustración de :
http://www.jjfez.com/espanol1/index.html
Éste relato sí que tiene mucho corazón.
ResponderEliminarY hermoso encanto dramático poético.
¿El primero, primero? Pues está muy bien...
ResponderEliminarMe gustó mucho.
ResponderEliminarUn relato corto requiere siempre un triple trabajo.
Pues sí que empezaste por todo lo alto! Es un relato muy tierno...
ResponderEliminarA mí también me gusta mezclar la justicia y el amor, se consideren los protas culpables o inocentes, jejeje
Isabel,de lo bueno tuyo...! me encanta! ML
ResponderEliminarMe encantó porque, además de estar bien escrito, tiene drama!! Muy bien!! Abrazo!
ResponderEliminarPues ya tiene presentes todos los elementos necesarios de un micro, de un muy buen micro, por cierto.
ResponderEliminarSaludos.
Muy bueno, Isabel, con todos los componentes de un buen micro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Razones tiene el corazón que la razón no entiende.
ResponderEliminarUn buen microrrelato, Isabel.
Un abrazo.
Hola, Isabel, me he pasado por aquí y lo haré siempre que pueda. Te felicito por tus textos.
ResponderEliminarQue dificil en tan pocas lineas poder expresar tanto. Te felicito Isabel por tus Microrelatos
ResponderEliminarAbrazos