El caso despertó una gran expectación. Fue un juicio rápido, lleno de flashes y conexiones en directo. Todos querían la mejor instantánea del acusado. Pablo Marín Cuesta rehusó cualquier tipo de defensa . Se declaró culpable de haberla amado mal y tanto. Aseguró que el móvil del crímen fue la compasión porque no soportaba más su sufrimiento y cuando le preguntaron por el arma, el acusado dirigió la mirada hacia su pecho y después, con los ojos llenos de lágrimas, miró a cámara. Fue un minuto largo de silencio que espontáneamente todos respetaron y siguieron...moriré si me la arranco.
Diciembre de 2009
Ilustración de :
http://www.jjfez.com/espanol1/index.html
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