7 de marzo de 2010

No era una metáfora

Nevada del 8 de marzo en Barcelona















Los coches aminoran la marcha para verlo y la gente, arremolinada en pequeños grupos, mumuran asombrados sin quitarle la vista de encima. Miradas sorprendidas, boquiabiertas; niños asustados que, sollozando, se agarran a las faldas de sus madres. Ancianos que creían haberlo visto todo, se paran a mirarlo descaradamente como sólo ellos saben hacer. Los perros emiten sonidos temerosos a su paso. Ese paraguas rojo fuego que levita por la acera y se detiene a esperar que el semáforo se ponga verde, me contiene, me guarece. Ya le había dicho yo a mi psiquiatra que me sentía invisible a los demás y él pensó que era una metáfora.

5 comentarios:

  1. Hasta el final no se desvela el desenlace, como tiene que ser.
    Muy buena la historia.
    Saludos.

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  2. Pue si que causa sensanciel el parguas levitando por las calles.
    Un abrazo

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  3. Me encanta, inspiras muchísimo.

    Un beso.

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  4. Antes "Aquel hombre era invisible, pero nadie se percató de ello." (Gabriel Gimenez Emán)

    Ahora todos se han percatado, no se que es más terrible.

    Que buen cuento.

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