-Sé que me dejo algo. (Pense bête!) Azúcar y champú... ya está. Cola, leche... también. ¿Qué era? (Era importante) Dio tres o cuatro vueltas más entre las estanterías del súper, confiando en que el proceso inverso funcionase: encontrar sin saber lo que se busca. Nada. La sensación de que algo imprescindible le faltaba la acompañó hasta llegar a su casa. Sin dejar la compra se dirigió a la cocina a mirar le "Pense bête" de la nevera. Ya era una cuestión de amor propio. ¿Cómo podía tener tan mala memoria? Sus ojos se apagaron, su cuerpo se distendió tanto que le cayeron las bolsas de las manos. “Desolée”. La maldita manía de escribir allí su nombre todas las mañanas, desde que la había dejado.
Isabel González
Barcelona (España), 2010
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©Pedro Herrero. Barcelona (España), 2010
siempre hay sombras enlos supermercados.
ResponderEliminarEs difícil desprenderse de la cotidianía.
ResponderEliminarUn beso.
Pasaba por aquí para decirte que tus «Entre líneas» en el Vendaval de micros me encantaron.
ResponderEliminar¡Salud!
Encontrar sin saber lo que se busca. Y la sorpresa para el lector de encontrarse a un hombre en la lista de la compra.
ResponderEliminarGenial
Ui Gonzalo, los supermercados dan para muchas historias. Un abrazo.
ResponderEliminarBienvenido Ravengel, me alledro de que te gustase, no consigo entrar en tu página. Un saludo.
Un hombre en la lista de la compra y que encima se te olvide comprarlo, ja ja Un abrazo Torcuato
He llamado Torcuato a Isabel, y éso que me lo había apuntado en la lista!!Desolée, Isabelle!
ResponderEliminar- Pense bête!!
Bueno espero que este comentario si te llegue por que no se todavía la razon de que alguno que te mando me es devuelto como erroneo.
ResponderEliminarTerrible tener que apuntar tu nombre. Me ha gustado.
Besos