Como los ángeles al caer el sol, me acurruco en los sueños de mi protegida. Allí la amo apasionadamente y la acuno a caricias hasta que amanece.
Marina acude al centro de día todas las mañanas con una gran sonrisa. Ella no recuerda por qué es tan feliz, ni tantas otras cosas.
Marina acude al centro de día todas las mañanas con una gran sonrisa. Ella no recuerda por qué es tan feliz, ni tantas otras cosas.
Duro y tierno a la vez. Un buen planteamiento con ese angel custodio cuidando de Marina. Un abrazo.
ResponderEliminarCierto, a veces nos limitamos la felicidad y no caemos en cuenta de lo que realmente representa.
ResponderEliminarTe sigo Isabel.
Un abrazo.
La felicidad depende de esos "ángeles". Un ángel "fieramente humano" como diría Blas de Otero. Sueños, caricias, sonrisas, recuerdos...Imitación a la vida.
ResponderEliminarSaludos, Isabel
me gustó el remate final
ResponderEliminara ver si ponen ya a los ganadores
Me ha gustado mucho, de principio a fin. Muy tierno a la vez que muy triste... muy bonito, sencillamente
ResponderEliminar